Miguel

Miguel Jimenez Salvador, el señor de las cuerdas gordas:

Se hizo con un bajo y un ampli mucho antes de tener idea de música, para desgracia de sus vecinos.
Ser demonio practicante le permitió empezar a conocer los entresijos del ritmo de la mano de Ángel Ribas, aka Mac Ordeon, formando parte de la primera hornada de tabalers de Diables La Florida e integrándose en Kukumku, donde todavía reparte mamporros, y algo después también en PERCUDIUM, durante unas cuantas temporadas.

En esa época, con otros compis percutivos, dan forma a los Onion Makers, banda con un recorrido tan intenso e irreverente cómo efímero, ya sí al bajo, sin mucha idea tampoco.
Cuando pudo reponerse del susto conoció a un@s chic@s muy apañadic@s que buscaban bajista y lo acabaron adoptando… unos tales 422, o algo así.

En ese impás también fue «el perro que no ladra” pero se lo perdonamos porque dice que se está quitando.
Más tarde aún, por fin, entendió que sin saber lo que hacía no iba a ninguna parte y recibió clases durante varios cursos en la escuela @Racynmusica, que hicieron lo que pudieron con él, pobres.
Y ya, últimamente, otro medio curso en el grupo de bajo de «l’espai para gente mayor» (Si es que pasa el tiempo y claro…) del Taller de Músics, frustrado por el inicio de la pandemia y otras vicisitudes.
Y así se nos quedó… Ni mucho ni poco, ni chicha ni limoná, un tierra de nadie, demasiado viejo para ser promesa, demasiado joven para ser leyenda…

Y con todo, todavía tiene arrestos para participar en The Birras Cover Rock Band, cuando se activa y de estar en la génesis de Darksiders un tributo a PinkFloyd de inminente presentación…